¿Estoy viviendo mi vida basado en el miedo o en el amor?

"El miedo son los sentimientos ilusorios y los sistemas de creencias que generamos dentro del cuerpo y de la mente en los estados iniciales en que creamos la separación del amor.Cuando venimos al mundo somos en extremo vulnerables. De hecho, un bebé es absolutamente indefenso y depende por completo del afuera para satisfacer sus necesidades. Y cuando esas necesidades no son reconocidas, comienza el pánico. Puede sentirse abandonado por sus padres o hermanos —o tal vez se sienta incomprendido o descuidado, o tenga hambre, o experimente dolor— y así comienza a crear su experiencia humana de miedo, que es una respuesta a la necesidad de protección del afuera.El miedo es la separación de la energía del amor. Es la experiencia humana. En otras palabras, cuando experimentamos miedo ya no estamos anclados en ese espacio llamado "conciencia". Pero, cuando estamos en la unión del amor, nada del afuera nos puede afectar. Porque el amor puro sabe que nada de lo ilusorio es real.El infinito es siempre infinito. No hay nada que puedas hacer para cambiarlo. No puedes destruir el infinito. No puedes matar al infinito. Es eterno, nunca cambiante amor."
 

“Amor es con lo que nacimos.  Miedo es lo que aprendimos aquí”  Anónimo  

El miedo es una emoción que todo ser humano ha sentido, y que en algunos casos puede salvarnos la vida o evitarnos una mala experiencia, pero que la mayoría de las veces nos lleva a vivir una vida mediocre, sin sentido, llena de limitaciones, y carente de la paz y la felicidad que es nuestro derecho.  Pregúntate:  ¿Estoy viviendo mi vida basado(a) en el miedo o en el amor?  ¿Estoy tomando las decisiones importantes de mi vida, basado(a) en mi propósito de vida, en mi derecho a ser feliz, o en el miedo a fracasar, a ser juzgado(a), criticado(a) o rechazado(a)?  ¿Estoy creando mi vida basado(a) en lo que amo, o en lo que temo?

No sé si te has dado cuenta, pero creo que la humanidad está sufriendo una epidemia de miedo, que es mucho más dañina que una epidemia de influenza o de sarampión.  Prácticamente todos estamos contagiados.Le tenemos miedo a todo. ¡Y los medios están contribuyendo enormemente a esta situación! Basta con que veas unos minutos las noticias, para que inmediatamente tengas un ataque de miedo o de pánico.  ¿Te has dado cuenta? ¿Estás contagiado tú de miedo?  El primer síntoma es la desconfianza, de todo y de todos.  Y ésto es paralizante, no nos deja vivir.  Estamos sobreviviendo, más no viviendo.  Si es así, ¿qué estás haciendo para sanarte?  Lo primero que tienes que hacer es cambiar de frecuencia.  Cambiarte a la frecuencia del amor y de la confianza. ¿Y cómo lograrlo? Empieza por reconocer tus miedos.  Pregúntate:  ¿A qué le tengo miedo?  O eres de aquéllos a quienes más bien habría que preguntarles:  ¿A qué no le tienes miedo?

Después de reconocer y aceptar tus miedos, analízalos, cuestiónalos.  Te aseguro que te vas a encontrar con que la gran mayoría de tus miedos no tienen razón de ser.  En cuanto los cuestiones, se desvanecerán porque no son reales, sólo existen en tu mente.

¿Sabías que lo contrario al amor no es el odio, como la mayoría de las personas cree, sino el miedo?  ¿Y que cuando hay amor, no puede haber miedo al mismo tiempo?  Son dos frecuencias tan diferentes que no pueden coexistir.  Entonces, para curarte del miedo, comienza por enfocar tu atención en las cosas que amas, y en ver con ojos de amor y confianza a todas las personas y situaciones en tu vida.  ¿Sabías que detrás de las emociones negativas como el enojo, la frustración, la tristeza, la desesperación, la envidia, los celos, la ansiedad, siempre está el miedo?  ¿Te das cuenta entonces cómo sería tu vida sin miedo?

El miedo tiene un beneficio sólo cuando verdaderamente nos previene de algún peligro real, el problema es que nos hemos hecho adictos al miedo, y vemos peligro en donde no lo hay.  ¡Y el catálogo de miedos es enorme!  ¿A qué le tienes miedo tú?  A fracasar? A no ser aceptado?  O quizás al éxito?  A ser juzgado?  ¿A lo que van a pensar los demás?  ¿A que se rían de tí?  ¿A perder lo que tienes?  ¿A quedarte solo(a)?  ¿A enfermarte?  ¿A que se acabe el mundo?  ¿A la crisis?  ¿A que las cosas se pongan cada día peor?  ¿A que tus problemas no tengan solución?  ¿A la muerte?  ¿A repetir el pasado una y otra vez?

¿Qué harías si no tuvieras miedo?  Hazte esta pregunta una y otra vez, hasta que encuentres la respuesta. Completa esta frase:  ”Si no tuviera miedo, yo _________________”.  Y el problema en realidad no es el miedo por sí mismo, sino nuestra forma de manejarlo.  Siente el miedo y hazlo de todas maneras. No dejes que el miedo te paralice, que te anule, que te opaque, que mate tus sueños, que se apodere de tí.  No dejes que el miedo controle tu vida.  Pregúntate:  ¿qué es lo peor que puede pasar?  Y te aseguro que la respuesta a esta pregunta será liberadora.

 Te darás cuenta que lo peor que puede pasar en realidad no es para tanto, y que no vale la pena renunciar a tus sueños por un riesgo que la mayoría de las veces no existe.  Analiza tu miedo, cuestiónalo, y verás que la mayoría de las veces no tiene razón de ser.  Las razones por las que sentimos miedo no son reales, son inventadas por nuestra mente, o son resultado de experiencias pasadas, ya sea propias o de los demás, pero que no tienen por qué repetirse.

El miedo puede sabotear nuestro éxito en todas las áreas de la vida:  En el aspecto físico, por ejemplo, el miedo a enfermarnos, puede ocasionar precisamente aquella enfermedad que tanto tememos. En el área de las relaciones, el miedo a ser lastimados o a repetir un patrón anterior, puede evitar que nos entreguemos a una relación, y por lo tanto que seamos felices.En relación con el dinero, el miedo a perder lo que tenemos, nos puede llevar a nunca tomar riesgos, a nunca emprender algo nuevo, a mantener un trabajo que no nos satisface, lo que a su vez nos puede llevar a nunca lograr nuestra independencia económica y la paz que ésto nos puede traer.  Y si hablamos de carrera, el miedo a fracasar, normalmente nos lleva precisamente al fracaso.  Y el miedo a hacer algo diferente nos  puede llevar por supuesto a una vida sin sentido, sin propósito.

Creo que el remedio para terminar con esta epidemia de miedo es aprender a confiar nuevamente.  Confía en el proceso de la vida, confía en ti mismo(a) y en los demás.  Confía en tu poder interior y en que todo está bien siempre.  Confía en que siempre estás apoyado por el Universo. Date cuenta que es precisamente nuestro propio miedo lo que  causa aquello que tanto tememos.

Recuerda, no hay nada más que temer que al temor mismo.  Lo que hace que una persona pueda vivir una vida extraordinaria, no es el no sentir miedo nunca, sino el enfrentarlo con amor y confianza.

A continuación quiero compartir contigo un pensamiento de Marianne Williamson, de su libro “Regreso al Amor”:


“Nuestro temor más profundo no es que seamos inadecuados.  Nuestro temor más profundo es que somos excesivamente poderosos.  Es nuestra luz y no nuestra obscuridad lo que nos atemoriza.  Nos preguntamos: “¿quién soy yo para ser brillante, magnífico, talentoso y fabuloso?”  En realidad, ¿quién eres para no serlo?  Si actúas apocadamente, no ayudas al mundo.  No hay nada de positivo en encogerse para que otras personas no se sientan inseguras cerca de tí.  Este poder no se encuentra sólo en algunos de nosotros, está en todos.  Y cuando permites que tu propia luz brille, de forma tácita estás dando permiso a los demás para hacer lo mismo.  Cuando nos liberamos de nuestro propio miedo, automáticamente nuestra presencia libera a los demás.”

Fuente: http://www.vidaextraordinaria.com/el-miedo-2/

Comentarios