Como Disolver La ansiedad inherente a la Imagen De Chico Bueno: El Cuerpo Del Dolor

El Cuerpo Del Dolor
"Una emoción negativa que no se afronta plenamente, para verla como lo que es en el momento en que surge, no se disuelve por completo. Deja atrás un rastro de dolor.Para los niños en particular, las emociones negativas fuertes son demasiado abrumadoras, razón por la cual tienden a tratar de no sentirlas. A falta de un adulto completamente consciente que los guíe con amor y compasión para que puedan enfrentar la emoción directamente, la única alternativa que le queda al niño es no sentirla. Desafortunadamente, ese mecanismo de defensa de la infancia suele permanecer hasta la edad adulta. La emoción sigue viva y, al no ser reconocida, se manifiesta indirectamente en forma de ansiedad, ira, reacciones violentas, tristeza y hasta en forma de enfermedad física. En algunos casos, interfiere con todas las relaciones íntimas y las sabotea" Eckhart Tolle


Mientras no tengas acceso al poder del Ahora, todo dolor emocional que experimentas permanece detrás de un residuo  de dolor que vive en ti.Emerge del dolor del pasado, que ya estaba allí y se queda atascado en tu cuerpo y tu mente. Este dolor acumulado es un campo de energía negativo que ocupa tu cuerpo y tu mente.  Si lo miras como una entidad invisible con su propia autoridad, estarás cerca de la verdad.Es el Cuerpo de dolor, que tiene dos estados:  activo o durmiente.

El Cuerpo de dolor puede estar en estado latente el 90% del tiempo pero en una persona profundamente infeliz estará activo hasta el 100% del tiempo. Algunas personas viven continuamente en su Cuerpo de Dolor,otras lo experimentan en algunas ocasiones, cualquier  cosa lo puede despertar, especialmente si es algo que resuena con  un patrón de dolor de tu pasado. Cuando está preparado para despertar  de su estado durmiente, un pensamiento o cualquier comentario de otra persona lo puede activar. Algunos Cuerpos de Dolor son  relativamente inofensivos, como el de un niño que no para de llorar. Otros son auténticos monstruos viciosos y destructivos, verdaderos demonios, algunos son violentos físicamente y muchos más son emocionalmente violentos. Algunos atacan a las personas que te rodean, que son cercanas, mientras que otros te pueden atacar a ti, su propio anfitrión. Los pensamientos y sentimientos que tienes sobre tu vida se convierten así en tremendamente negativos y autodestructivos. Las enfermedades y los accidentes son a menudo provocados de esta manera. Algunos Cuerpos de Dolor intentan que su anfitrión se suicide.

Cuando pensabas que conocías a una persona y de pronto te enfrentas con esta criatura extraña y terrible por primera vez,  te provoca un shock.  Aún así, es más importante observarlo en ti que en otras personas. Estate atento a cualquier señal de infelicidad en ti mismo, en cualquier forma,  porque puede despertar al Cuerpo de Dolor. Puede tomar la forma de irritación, impaciencia, un estado de ánimo bajo, deseo de herir, ira, cólera, depresión, la necesidad de tener algo de  drama en tu relación, entre otras formas. Atrápalo en el momento en que quiera salir de su estado durmiente. El Cuerpo de dolor quiere sobrevivir al igual que cualquier otra entidad en la existencia y sólo puede sobrevivir si consigue que tú inconscientemente te identifiques con él.Entonces él puede levantarse, conquistarte, “convertirse en ti”, y vivir a través de ti. Él necesita conseguir su “comida” a través de ti. Él se alimentará de cualquier experiencia que resuene con su propia energía, cualquier cosa que cree un poco más de dolor en la forma que sea: furia, destructividad, odio, duelo, drama emocional, violencia e incluso enfermedad. De modo que el cuerpo-dolor, cuando te ha conquistado, creará una situación en tu vida que refleja de vuelta su propia frecuencia de energía para alimentarse de ella. El dolor sólo puede alimentarse de dolor. El dolor no puede alimentarse de dicha. Le resulta bastante indigesta.

Una vez que el cuerpo-dolor te ha conquistado, tú quieres más dolor. Te conviertes en una víctima o en un perpetrador. Quieres provocar dolor o quieres sufrir el dolor, o ambos. En realidad no hay mucha diferencia entre los dos. Tú no estás consciente de esto, por supuesto, y clamarás vehementemente que no deseas el dolor. Pero mira de cerca y encontrarás que tu pensamiento y tu actitud están diseñados para mantener el dolor, para ti y para otros. Si estuvieras verdaderamente consciente de ello, el patrón se disolvería, porque desear más dolor es locura, y nadie puede estar loco conscientemente.

El cuerpo-dolor, el cual es la sombra oscura proyectada por el ego, en realidad le tiene miedo a la luz de tu conciencia. Tiene miedo de que lo descubran. Su supervivencia depende de tu identificación inconsciente con él, así como de tu miedo inconsciente a enfrentar el viejo dolor que vive en ti. Pero si no lo enfrentas, si no traes la luz de tu conciencia hacia el dolor, serás forzado a vivirlo una y otra y otra vez. El cuerpo-dolor puede parecerte como un monstruo peligroso al que no puedes soportar mirar directamente, pero te aseguro que es un fantasma insustancial que no puede permanecer frente al poder de tu presencia.

Algunas enseñanzas espirituales declaran que todo dolor es en última instancia una ilusión, y eso es cierto. La pregunta es: ¿Es eso cierto para ti? Una mera creencia no lo convierte en realidad. ¿Quieres experimentar dolor por el resto de tu vida y seguir diciendo que es una ilusión? ¿Eso te libera del dolor? Lo que nos ocupa en este caso es, cómo puedes hacer para darte cuenta y realizar esta verdad – o sea, hacerla real en tu propia experiencia.

Así que el cuerpo-dolor no quiere que tú lo observes directamente y lo veas tal cual es. El momento en que lo observes, siente su campo energético dentro de ti, y lleva tu atención hacia eso, entonces la identificación se rompe. Una dimensión de conciencia superior ha entrado. Yo la llamo presencia. Ahora tú eres el testigo o el observador del cuerpo-dolor. Esto significa que ya no puede usarte simulando ser tú, y ya no puede alimentarse a través de ti. Has encontrado tu mayor fuente de fuerza interior. Has accedido al poder del Ahora.”

– Eckhart Tolle, El Poder del Ahora

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